miércoles, 8 de noviembre de 2017

Nirvana - El hombre que vendió el mundo




Cuando conocí a Kurt Cobain ya estaba muerto y me recibió como uno de los suyos mientras yo dilapidaba un gran amor y un acercamiento al mundo de los músicos que nunca aceptaron de buen grado mi presencia en sus ensayos. Tiempo después lo nombré en un poema con un sabor autodestructivo  que solo se podía asociar al recuerdo de los poetas románticos alemanes y su idea de un destino trágico.

Llegó a mis manos y me quedé con el prodigioso ”Unplugged in New York” de mi hermano pequeño porque él entendió que ese disco estaba marcando un período determinado de mi vida entre la euforia de la liberación y el desencanto de encadenarme a mí mismo, no era yo el que empezó a vestirse con la ropa que no correspondía a mi edad. Esta soberbia actuación en directo enrevesada, en un discurso aplastado por una lírica melancolía, me decía que algo terrible estaba pasando por la mente de aquel muchacho que desbordaba talento y autenticidad, corroído por la culpa y los demonios de quien vive continuamente asomándose a su propio abismo, mártir de una depresión que apenas le daba tregua.

La versión de la magnífica canción de Bowie "El hombre que vendió el mundo" descubre en su desgarro el deseo de querer pasar la última página, la sensación de estar con una soga sobre el cuello de su alma sin nada a lo que aferrarse para evitar el vacío. Sostenía en su mano una pistola a punto de dispararse, en su corazón una huella que había perdido su camino.

Los últimos meses de su corta vida fueron de un dramatismo intenso rayano a la locura de escapar de sí mismo, en ellos aparecían, sin que pudiera apartarlas, dos enfermedades crónicas que le recordaban siempre su fragilidad; una bronquitis y una afección estomacal que nunca pudo ser diagnosticada. A ello se añadía su adicción a la heroína y un rechazo patológico a la servidumbre pública de la fama, para él era una condena aquello que tantos ansían.  

6 comentarios:

  1. Tengo este disco en vinilo y es una maravilla de sonido. No fue muy bien acogido por una parte de la crítica por no haber incluido algunos de sus temas míticos. Pero obviamente Cobain estaba muy por encima de esto y de la fama a la que detestaba profundamente, aunque también, todo el torbellino que le rodeaba le causaba heridas difíciles de curar para él. Hay constancia de que estuvo escribiendo hasta el último día. Se sabe también que tenía inquietudes culturales y una particular sensibilidad hacia el arte. No era el diablo de ojos azules que intentaron algunos sectores venderle a la gente.

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    1. Estuve leyendo un poco acerca de este disco antológico para dotar de datos fiables esta entrada, pero más que eso quería acercarme al clímax del tiempo en que lo escuchaba, las imágenes no las vi hasta años después y no hicieron sino constatar lo que pensé en un primer momento, me pareció alguien que pedía ayuda con los ojos, que se dejaba el alma en cada verso que cantaba. "El hombre que vendió el mundo" fue la canción del disco que más me impactó, fue mi primera toma de contacto con ella ya que no la conocía por David Bowie.

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    2. Es curioso Francisco, pero a mi me ocurrió igual. Escuché antes la de Nirvana que la de David Bowie. Sin duda el disco es una joya. No he sido seguidor de Nirvana, me quedé en algún tema como " Smell like a teen spirit" y poco más de ese movimiento que comenzó a surgir (grunge o sonido Seatle le llamaban) mientras yo escuchaba otros estilos musicales. Pero cuando lo escuché por primera vez sentí que ahí había algo auténtico, tanto, que así acabó. Y "El hombre que vendió el mundo" y como la canta fué el emblema del disco.

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    3. Ni siquiera personas como nosotros podemos escuchar todo lo que quisiéramos, tenemos que seleccionar y en esto no sabemos muchas veces qué es lo que hace que elijamos unos discos y demos un carpetazo inconsciente a otros. Nunca llegué con Bowie, exceptuando canciones puntuales, más allá de su primera década y omitía sus primeros pasos, de ahí mi desconocimiento de "El hombre que vendió el mundo", tardé, por otra parte, en poner el "Revolver" v el "Aftermath" varios meses, y así podría seguir, supongo que buscaba una predisposición anímica.

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    1. Gracias, Betty, esta interpretación tan profunda de esta canción queda como uno de los grandes momentos de nuestra música.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.